PROGRAMAS
 
He ido programando la vida, al tiempo que los «programas» los deshacía el agua irreversible que las tormentas dejan de tiempo en tiempo, sobre las noches secas. Me fui acostumbrando a ver pasar las nubes, sin más resguardo que, saber que los dioses, jamás están despiertos a la espera de que tu voz los llame.
He ido programando mi vida, sin darme cuenta que no estaba solo; que, el tiempo, nos derrota en la costumbre de mirar los espejos; que, la voluntad se viste de cansancio, cuando ya no somos capaces de subir por sí solos la última escalera del museo que ignoramos.


         Programas y más programas que la vida se guarda en los bolsillos, como arrugadas «recetas» de lo que crees posible.
 

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