Se nos va terminando el verano, lleno de alarmas amarillas y naranjas, de calores conquistadores de sus propios records, y, por supuesto, de incendios absurdos.
         La sociedad actual va progresando por el «corral»; cuando se quede sin corral, estará tan digitalizada que ya no sabrá vivir; entonces recordará con extrañeza, que, hubo un tiempo donde había tantas alarmas, que las gentes no sabían salir de sus casas sin antes consultarlas; un tiempo, donde los gobernantes nos querían «ayudar» tanto, que nos quitaron la forma de valernos por nosotros mismos.
 
 
         Así, llega hoy un septiembre que, espero, cumpla con sus pequeños cambios, haciendo de él, la esperanza de saber que aún la Naturaleza, está por encima de todas las mentes privilegiadas del planeta.
         ¡Septiembre, mes de los aromas¡
 

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