DEL LUGAR
 
Del lugar sólo queda la espera y la razón por la que fuimos, nadie más en la luz de los jardines, nadie que nos recuerde la estación de los trenes por llegar.
La hora se ha cumplido y el reloj siempre marca los frágiles minutos que otras manos dejaron esconderse, como materia prima, como desolación de la imprevista llegada que no vino, a pesar de creernos salvados de la lluvia.
 
Quisimos enjaular las estaciones que el tiempo nos traía, y nunca nos cansamos de almacenar fracasos, nunca quisimos ver la inexperiencia; el extremo del puente concluido.
Del lugar sólo quedan unas paredes frías y el mito encasillado entre los libros, las voces sobre el agua; sobre la vida…, el miedo y la palabra.
 



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