CALICANTO, CONTINUACIÓN Y DESPEDIDA

LO QUE LOS LABIOS CALLAN Todos los años son preocupación de vida; amor sin una excusa para dejar de amar; fuego bajo la llama que nos quema despacio la vida pasajera. Y tú, como los «mitos», aprendiendo a decidir las palabras que sobran, para no «decir» nada. Todos los años son un reloj sin agujas que nos muerde en la noche los días que nos faltan. La costumbre es decirnos palabras de consuelo, cuando la vida avanza y, no creo que sea ésa, la única razón para aplacar el «miedo». El silencio nos fuerza a esperar con certeza, lo que los labios callan.