ENTRE
LAS MANOS
Me queda entre las manos un
poema de aquello que no dije. El tiempo condiciona y apremia su escritura, mas
yo —al margen de lo escrito—, presiento que, lo dicho, es bastante más amplio
que lo que nunca imaginé escribir.
Las palabras a veces se confunden con fragmentos de tiempo;
nosotros las dejamos para «cuando la vida», y el tiempo se las lleva, para
«cuando el silencio».
Me queda entre las manos el rostro sin escusa de aquello que
la vida fue poniendo a vuelapluma; intento acariciarlo, comprender su fatiga,
imaginar sus vuelos, llorar sus advertencias, y no consigo nada: las manos
siempre hablan, cuando la vida calla.
Me encanta.
ResponderEliminarGracias Francisco, hacía tiempo que no te veía por aquí...
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