DE
TROZO EN TROZO
De trozo en trozo, la vida
nos arriesga incertidumbres que no sabemos comprender, nos obliga a deslizar la
mano entre las apariencias, para ver si encontramos la forma de comprender lo
roto del paisaje; ese dolor de mundo que nos hace vaciarnos hacia afuera, sin
apenas saber dónde caernos, dónde dejar los llantos; a quién interrogar por los
fracasos.
De trozo en trozo, se deshacen proyectos en las manos, sin que nadie sostenga la osadía de hablar sobre las dudas y el trabajo que encierra todo humano, para llegar a ser. Nada es lo que importa y sin embargo somos la eterna incertidumbre que nos excita y muerde, como si no quedasen relojes imposibles por vencer.
De trozo en trozo, vago por las calles del mundo, a veces,
censuro lo que observo, y otras muchas reconozco, los mapas censurados por el
delfín de turno, a pesar de saberse fracasado en la vida. De trozo en trozo,
siempre están las apariencias distorsionando el humo, para que nadie vea la
astucia de los «fuegos» que iluminan la noche.
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