LA
ESCRITURA DEL SILENCIO
Se escribe el silencio,
cuando estamos dispuestos a toda reflexión, cuando estamos dispuestos a renovar
la no llegada de la fuerza; la no llegada de ese sonido o nube que nos deja la
esperanza dormida entre las manos, como si no quedasen más auroras por vestir.
Se escribe el silencio, sin apenas saber lo que decimos, sin
apenas creernos la tristeza que nos da el calendario, cuando cruzan los días
ante nosotros, y no nos dejan ver la soledad que hay al otro lado del sonido.
Se escribe el silencio, entre ruidos dispersos que, hacen de
nosotros, bailarines sin música ni orquesta.
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