DESASOSIEGO
La
fe nos entristece la memoria y nos hace volver a lo que fuimos, nos hace
comprender que, no siempre el recorrido, te lleva a donde esperas. Sin embargo,
la fe nos fortalece las esperas y con ellas la voz que nos responde más adentro
de donde nace el fuego.
La
fe nos acompaña lentamente, detrás de los silencios que ignoramos haber escrito
un día. Por eso, a veces demoramos la fuerza ante el futuro incierto de la
puerta cerrada; nada nos entristece tanto, como reconocer que fuimos ignorados
dentro de la esperanza.
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