ENTRE VERDAD Y SALMO
 
Voy de un lugar para otro sincronizando las horas del reloj, y los relojes me arrancan fragmentos de esperanza, para que yo me olvide de contar las demoras y los tiempos posibles que el infinito mezcla, entre dolor y prisas, aún por confirmar. 
         Del día labro cosecha para guardarla sola adentro del verano, me aderezo la frente con silenciosa farsa y escojo los caminos que nadie reconoce en los mapas de siempre. Abro las alcancías donde brota el silencio como una flor sin tallo —que nace y muere sola—, como la luz del campo. 
         Los relojes, parten su cobardía con silenciosa mano; abren la vida-suerte y descolocan todo, para vivir soñando lo mucho que nos queda, entre verdad y salmo.
 
 
 

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