ARO
Un aro se escapa de mis manos a punto de trizar la
desnudez del suelo, arriesga la caricia de las sombras sobre el asfalto mudo y
me deja perplejo detrás de la ilusión.
Las manos se han salido de las manos para empuñar
el humo; la guía insoslayable; la tenaza del sueño entre canción y vida.
Gritos vienen de lejos rompiendo los cristales que
me guardan, acelerando el precio de las cosas que aún esperan dormidas en
baldas polvorientas, a que mi mano escoja.
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