LA NOCHE FRÍA Pasa el tiempo sobre la noche fría, caminando despacio sobre el hielo; no quiere resbalar; sus horas determinan la fijeza con que medimos todo lo que queda, para saber si fuimos elegidos como los figurantes de una fiesta. El tiempo no se duerme, tendido en la extrañeza, mira el círculo de tiza que hacen las estrellas en el cielo despierto; no se duerme, nosotros lo sabemos, y por eso día y noche le contamos sus pasos; el latir de su pulso, mientras la noche llega.

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