LA PAZ QUE EL HOMBRE INTENTA DESDE SIEMPRE CONSTRUIR

“NADIE como el hombre, ha sabido hacer sufrir a el hombre. Nadie como el hombre, ha sabido torturar a el hombre. Somos el único animal que mata por puro placer. Ningún otro animal —a los que tanto tememos— mata, como no sea por la necesidad de alimentarse; de intentar sobrevivir. Son duras estas palabras, como dura es la realidad que, la costumbre, nos anuncia día a día en nuestras casas, dentro de esa pequeña pantalla multicolor, que ha ido poco a poco arrojando de nuestras vidas, conceptos como: asombro, dolor, compasión, miedo, o, simplemente vergüenza. El hecho de acostumbrarse día a día a esa violencia regalada, ha hecho de nosotros, seres insensibles al dolor de las guerras. Ha hecho de nosotros, acomodados contempladores de imágenes que, apenas si queremos apartarlas de nuestras retinas, con la promesa de dar un donativo a la gran solidaridad del mundo.” (fragmento de mi Pregón a Nuestra Señora de la Paz; Primer Pregón que se hizo en el año 1999)