EL LUGAR NOS PERTENECE
TODO EL LUGAR nos pertenece, somos la incertidumbre de lo cierto, la desazón de lo sublime, el único misterio de la noche, que, nos hace pensar, en la noche perfecta.
Aquí donde moramos, estamos desde un siempre irrepetible, a un nunca persistente, como el agua de mayo; somos ese roto en el papel del contrato “innecesario”. Estamos arrinconando versos mal escritos, como si fuesen días interminables de un año que nos cruza la memoria, cual único proyecto indescifrable: El lugar nos pertenece, aunque nunca tuvimos el contrato.
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