ALELUYAS CAÍDAS DE LA TORRE
VIERNES de dolor y de esperanza. Sábado de palabras asustadas, como la propia vida. Domingo, donde el tiempo detenido vuelve a ser tiempo triunfal; aleluyas caídas de la torre, donde el reloj comienza su aventura de tiempos sin silencios y versos descolgados de la propia aventura.
(El poeta sabe que la estrofa es silencio, hasta que su voz es compartida en la página escrita.)
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