ADENTRO DE LA PÁGINA

 


 

Antes de controlar la estrofa, me adentro en el bosque maldito de la sinceridad; le pongo ritmo a la escritura y me olvido del rostro sideral de las palabras. Antes; quizá la prueba está en considerar que canto solo la canción olvidada, que, a medida que escribo, la voz renuncia a desplegarse entre la versitud emocionante y el verso dedicado a la conciencia; por eso, nada digo, sin antes presionar la voz anclada en páginas y páginas que ya dijeron todo, mientras la vida andaba entre el silencio roto, buscando las palabras.

Nunca escribiré la estrofa vertical que la conciencia dicta, sin buscarla; la vida es un proyecto de aprendizaje que, a más buscar, más dejas de creer en lo que buscas; por eso, nunca estamos adentro de la página.

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