DEL CALOR

 


 

Del calor, la epopeya de bailar sobre las aguas. La razón de no creer en lo que somos, mientras la tierra abrasa. Ese olor a sudor incompleto que nadie quiere hacer suyo. El reloj que consume las horas, sin conocer las páginas mojadas de la tarde sin versos.

Del calor, se renace la nostalgia que teníamos, antes de idealizar la astuta imperfección del frío controlado; ese silencio o nube que nos embriaga o rompe la certeza del cuerpo y sus abismos.

Solo queda saber, por qué nos duele el calor de la noche, si antes era preciso arropar los silencios, sin desnudar la alcoba; y la brisa del campo se acercaba a los pueblos y dejaba la estrofa del húmedo silencio, adecentar el rostro y la memoria, de aquello que nos era tan normal en la vida que, apenas era fuego.

 

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